lunes, 3 de octubre de 2011

Recuerdos por departamentos


Cada vez que el pensamiento me lleva al departamento de recuerdos, Edgar está allí.

Y la bolsa del mercado se llena de experiencias de toda índole; desde aquellos días en que la vida insistía para que al menos nos conociéramos y yo me resistía, hasta estos en los que sencillamente encontrarle en la calle, me hacen agradecer nuestros primeros ratos de reconocimiento.

Edgar viene en diferentes presentaciones, listo para acompañarte en esos momentos en que la risa es necesaria y deseada o cuando una inevitable lágrima es capaz de desbordar un río.

En dosis unitarias, cuando una cápsula es suficiente para encontrar la respuesta del momento, un chistecito corto e inteligente para recuperar la sonrisa, un abrazo sin palabras para descubrirnos de nuevo en otra oportunidad.

O en presentaciones más complejas, para tratamientos prolongados, para encuentros profundos y densos, subrayados de aroma, redondos en la palabra como un buen vino o el café de la tarde.

Inventor, ilusionista, cuenta cuentos, creador y creativo; así lo conozco, así lo reconozco. Creo que hemos encontrado oportunidades hasta en los desencuentros.

Nos buscamos y luego desaparecemos, pero siempre regresamos para toparnos de nuevo en ese lugar común que es decir “parece como si apenas acabáramos de despedirnos”.

Soy agradecida y me privilegia su amistad y estos recuerdos de pasado, que en parte conforman lo que hoy soy y estos recuerdos de presente para construir lo que nos corresponda. En estos tiempos de escasez de tantas cosas, Edgar siempre ha sido abundante.

Cada vez que la memoria me lleva al departamento de presente, Edgar está allí.

PD. Edgar dejo esto aqui para ti, por si pasaras algún día

2 comentarios:

percival dijo...

Pasé y pensé que seguiría de largo. Ahora no sé cómo seguir con tanto. Provoca acampar un rato, al menos hasta que el atardecer deje de encandilar.

EBO dijo...

Querido, que bueno!, viniste esta tarde. Te he extrañado.