jueves, 11 de marzo de 2010

Agu´e coco sin whisky

En este momento me tomo un agua de coco sin whisky y sonrío.
Acabo de encontrarme con dos pasados espectaculares.

Uno consanguíneo, lejano, pero sangre y punto, algo como la hija de la hija de una sobrina de mi papa, es decir mi prima, pero que le decíamos tía porque no había manera que fuera prima por la diferencia de edad y además era la madrina de mi hermano Gustavo. Cien años de soledad y Turen.

El otro encuentro (y como hablamos y escribimos ahora, podría escribir otra encuentra), fue mas bien un descubrimiento que lo guardo por lo pronto, pues tendría que pedirle permiso, pero lo dejo escrito aquí, pues me regalo un rato de felicidad y eso es suficiente para que valga la pena como la primera nota que dejo este año escrita en el blog.

La verdad agradezco a ambas, a la sangre y a la amistad y sus ojos como el mar de Grecia .....y a Dios.