viernes, 2 de octubre de 2009

A propósito de la VII Bienal de Dibujo, Pintura y Escultura en el HCC

Apreciados compañeros

Ha sido todo un aprendizaje haber colaborado con la puesta de estas siete versiones de nuestra Bienal de Dibujo, Pintura y Escultura, Arq. Jesús Alfredo González, y además del aprendizaje haber sido testigo del crecimiento de quienes en cada oportunidad, nos han obsequiado sensibilidad expresada de manera libre y voluntaria en formas artísticas de diversa índole.

Entre las muchas teorías que intentan explicar el origen del universo está la del chorro primitivo: una suerte de explosión originaria de energía de la que derivaría todo. La alineación de toda la energía que se desprende es lo que diferenciaría el universo de la nada. Según Samuel Beckett, así se forma el arte: a través de una manifestación arbitraria, fruto de la libre voluntad del artista. Así se crean nuevos universos, nuevas realidades.

Nuestra Bienal, ese espacio de enriquecimiento que tenemos cada dos años, nos ha permitido descubrir esos talentos que se esconden tras el quehacer del día a día, esos que aunque parezca que no se notan, están presentes en cada una de nuestras acciones cuando entregamos pasión y alegría en lo que hacemos. La Bienal es oportunidad no solo para los expositores sino para quienes se preocupan por preparar un espacio digno y respetuoso, donde cada una de las obras cuenta lo que sus creadores procuraron decirnos o aun nuestra propia interpretación, que en si misma también es arte. En fin, todos nos convertimos en arte y el arte se convierte en nosotros.

Por último, y es la razón de estas palabras, quiero felicitar a los creadores de estos universos, a quienes diseñaron el espacio e hicieron el montaje, a quienes se han empeñado en apoyar estas iniciativas, todos ellos artistas de alguna manera; y también quiero agradecerles por permitirnos estos momentos de emoción y el aporte que hacen a nuestros universos personales.

Su servidora siempre

jueves, 30 de julio de 2009

Imagen astronómica del día


Mi padre vivió su primer eclipse en 1912. Fue el tercer eclipse del siglo pasado según entiendo, en cualquier caso no pretendo ser precisa en este sentido y finalmente no es lo que quiero referir.

El caso es que papá cuenta que en su llano natal, teniendo el apenas 2 años, ocurrió un eclipse total, y tal fue la oscuridad que el ganado se dispuso a dormir y los gallos volvieron a cantar en la mitad del día, cuando el sol hizo su nueva aparición.
 
Mi padre se fue antes del eclipse del 22 de julio de 2009 y también se fue esperando ver salir el sol después del eclipse mas largo que hemos tenido en Venezuela (empezó el siglo pasado). Que inmenso compromiso nos has dejado!. Que luna tan pesada nos toca mover!! Lo haremos.
 
Mi padre se zambulló por ultima vez en un río del estado Portuguesa, en Turén, hace poco menos de un mes y al tocar el agua se convirtió en pétalos y quizá volverá a casa un día... y le recibiré con un abrazo, una sonrisa y un guayoyito recién colao.