sábado, 21 de junio de 2014

Un cuento chino.

Sobre la hoja llena de palabras, una línea diagonal, que parte desde la esquina inferior izquierda, indica que ésta no llegará a la imprenta. La toma en su mano derecha, la aprieta con suavidad y destreza hasta que desaparece primero en su puño y luego en la esquina de la habitación donde supone está la papelera, ya cubierta con tantos intentos de terminar su historia.

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