miércoles, 5 de mayo de 2010

Legoland


Mi querido amigo Miguel, quien vive en Holanda, en una ciudad cuyo nombre es impronunciable para mi hoy día, fue hace poco a Legoland con su familia.

Se me acaba de ocurrir que le voy a pedir el favor de observar muy bien como construyen todas esas complejas estructuras, pieza por pieza, con experiencia, paciencia, creatividad, y seguramente también con amor entre muchas otras cosas.

Deseo que pueda contarnos cómo se hace, que nos envíe un truco, un atajo, un plano; pienso que algún día, que sueño cercano, necesitaremos esos trucos, esos mapas, esa paciencia, esa creatividad, pero sobre todo ese amor para reconstruir Venezuela, habiendo aprendido de las experiencias; y deberemos hacerlo con respeto.

Gracias Miguel por esa visita y por esta nota.

jueves, 11 de marzo de 2010

Agu´e coco sin whisky

En este momento me tomo un agua de coco sin whisky y sonrío.
Acabo de encontrarme con dos pasados espectaculares.

Uno consanguíneo, lejano, pero sangre y punto, algo como la hija de la hija de una sobrina de mi papa, es decir mi prima, pero que le decíamos tía porque no había manera que fuera prima por la diferencia de edad y además era la madrina de mi hermano Gustavo. Cien años de soledad y Turen.

El otro encuentro (y como hablamos y escribimos ahora, podría escribir otra encuentra), fue mas bien un descubrimiento que lo guardo por lo pronto, pues tendría que pedirle permiso, pero lo dejo escrito aquí, pues me regalo un rato de felicidad y eso es suficiente para que valga la pena como la primera nota que dejo este año escrita en el blog.

La verdad agradezco a ambas, a la sangre y a la amistad y sus ojos como el mar de Grecia .....y a Dios.