No llevo el olor de lo que no me viste
A la mentira y al silencio
al refugio
A la sonrisa o la lágrima prestada
A la persona de al lado
aunque hubiéramos tropezado a las puertas del metro
A quien marchaba a mi lado
ese día que no viniste
pues eras tu quien tomaba mi mano
en el camino a la luz.
No puedo oler lo que no soy.
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