La luz irrumpe firmemente en la ventana
Atraviesa el abanico
fractura las sombras
dibujando fantasmas en el piso
El teléfono suena
Llama la verdad
Grita posibles e imposibles.
Amanece
Un vaso en la mesa
se consume
bañado en sudor
El retrato me observa
la mano en el rostro
los ojos ocultos tras el cabello
Amanece
Muere una hoja
desaparece entre el verde
Hay versos abiertos en la cama
Una mano
que escribe soledades
Las pupilas reflejadas en el techo
Las ojeras
El mundo se mira en el espejo
sacando sus propias conclusiones
Inmigrante en su propia geografía,
el cuerpo
revela sus secretos.
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