En el exilio ha veces se escribe con H
y siempre sin Ella
Notas breves. Sabor, aroma, propósito siempre en el café. En el café hay rito, encuentro, memoria; ayuda a la palabra y al gesto. El café es un sentimiento y también una actitud. Así, el amor.. Dispongámonos para su ceremonia y para tomarlo en compañia.... especialmente la nuestra. Es bueno cuando vienes....
jueves, 15 de junio de 2017
martes, 28 de febrero de 2017
y son dos
Invisible
mis manos te traspasan
mis ojos te sienten detrás del árbol
que sembramos
del árbol que no veo
de ya no verte
Invencible
salgo a buscarte
en las alas de la tarde
en el olor de la tierra mojada
que soy
Incesantes
mis pasos te repasan
buscan tu nombre
se iluminan
apacibles cruzan el limite
provocan
deciden
decantan
declaran
destacan
Me cruzo entre tu lente y tu pupila
dilatada como el encuentro
entre tu escena y la mía
que serian una
y son dos
mis manos te traspasan
mis ojos te sienten detrás del árbol
que sembramos
del árbol que no veo
de ya no verte
Invencible
salgo a buscarte
en las alas de la tarde
en el olor de la tierra mojada
que soy
Incesantes
mis pasos te repasan
buscan tu nombre
se iluminan
apacibles cruzan el limite
provocan
deciden
decantan
declaran
destacan
Me cruzo entre tu lente y tu pupila
dilatada como el encuentro
entre tu escena y la mía
que serian una
y son dos
jueves, 16 de febrero de 2017
¿Quién canta esta palabra?
¿Quién canta esta palabra?
¿Quién lee este recuerdo?
De espaldas caminas mis huellas sin hallarnos
El mar se ha llevado nuestra arena
borrado los castillos
La fiebre almuerza gaviotas y cangrejos
Sus trajes
despojos en la orilla de una isla,
en su delirio, piden auxilio a los recuerdos
Naufragan en las copas de arboles disfrazados de silencios
Cuecen sus heridas en rosadas salinas
Se buscan en lo que quedan
Salen caminando de la mano
Recomponen sus cuerpos
Se crean
mientras repasan
al otro lado de la isla
un par de huellas que les calzan
¿Quién lee este recuerdo?
De espaldas caminas mis huellas sin hallarnos
El mar se ha llevado nuestra arena
borrado los castillos
La fiebre almuerza gaviotas y cangrejos
Sus trajes
despojos en la orilla de una isla,
en su delirio, piden auxilio a los recuerdos
Naufragan en las copas de arboles disfrazados de silencios
Cuecen sus heridas en rosadas salinas
Se buscan en lo que quedan
Salen caminando de la mano
Recomponen sus cuerpos
Se crean
mientras repasan
al otro lado de la isla
un par de huellas que les calzan
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